La creación de la plaza es por el general francés
Thiebault, quien durante la Guerra de Independencia colocó su cuartel general
en el Colegio Mayor de San Bartolomé, el Palacio de Anaya. Hizo derribar las
casas del barrio de Anaya, las cuales estaban ubicadas en el actual espacio que
ocupa la plaza.
Si se pudiera decir que hay un centro
artístico de Salamanca, este sería la Plaza de Anaya; y uno de los paseos más
bonitos que se puede dar por la ciudad es el que nos lleva desde la Plaza Mayor
a la Plaza de Anaya. Con los monumentos de la ciudad alrededor: el edificio
histórico de la Universidad, la parroquia de San Sebastián, el Palacio de Anaya
(antiguo Colegio de San Bartolomé) , la Hospedería de Anaya, Las catedrales, se
encuentran unos discretos jardines en los que no es difícil encontrar a jóvenes
bohemios, haciendo malabares, tocando la guitarra, o simplemente hablando.
El Palacio de Anaya debe su nombre a Diego de Anaya y Maldonado,
fundador del Colegio de San Bartolomé en 1401. El edificio comenzó a
construirse en 1697 y se finalizó en 1767.
La fachada tiene una gran puerta con escalinatas y cuatro columnas
rematadas con frontón; sobresaliendo en lo más alto del edificio un escudo
heráldico; las diez ventanas de la planta inferior tienen unas bellas rejas y
hay otros diez balcones en la planta.
Nada más entrar en la plaza, por la Rúa Mayor, nos encontramos a la
izquierda con la parroquia de San Sebastián, antigua capilla del colegio.
Alberto de Churriguera es quien llevó a cabo su construcción entre 1730 y 1744.
A la derecha de palacio de Anaya se encuentra la Hospedería, 1715, de
Joaquín Churriguera, que alojaba a estudiantes que se pagaban los estudios
sirviendo a otros estudiantes ricos que ocupaban el Colegio. Hoy en día se usa
para aulas y despachos, y sus antiguas caballerizas son la cafetería de la
Facultad.